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Todo comenzó durante las vacaciones de primavera de Israel, cuando decidimos hacer un viaje familiar a Orlando para celebrar su cumpleaños en el parque Universal Studios. Sin embargo, poco sabíamos que este viaje tomaría un giro inesperado. El domingo por la mañana, Israel comenzó a sentirse mal, pero siendo el niño valiente que es, no se quejó mucho. A medida que avanzaba el día, su malestar y fatiga aumentaron, y tuvimos que llevarlo de regreso al hotel. Hacia la tarde, comenzó a vomitar sin control, se despertó con intensos dolores de cabeza, y su salud se deterioró rápidamente. Israel continuaba con fiebre y seguía inconsciente después de haber estado vomitando todo el día, y a pesar de darle medicina para sus síntomas. A la mañana siguiente, Israel no podía levantarse de la cama para ir al baño y se desmayaba mientras hablábamos con él. Continuamos dándole medicamentos, pero la fiebre persistía, y permanecía inconsciente mientras vomitaba durante todo el día.
Entramos por emergencia al Hospital Infantil Nemours en Orlando, donde el equipo médico evaluó rápidamente su condición. Le trataba de hablar a Israel a ver si me podía escuchar, y lo único que me podía decir era que tenía dolor. Sospechaban de meningitis causada por el neumococo. El doctor del departamento de emergencia explicó los siguientes pasos, realizó varios análisis y logró reducir su fiebre. Más tarde, el médico explicó que él lo llevarían al UCI (Unidades de Cuidados Intensivos) pediátrica para más exámenes. La Dra. Kahana comprendió la gravedad de la situación y llego mas tarde con los resultados, confirmando que Israel efectivamente tenía meningitis bacteriana causada por neumococo. Luego comenzaron el tratamiento de inmediato. Israel se sometió a diversas pruebas, incluido una tomografía computarizada, que revelo algo inesperado: una encefalocele, que es una extensión parecida a un apéndice que provenía del cerebro sin función aparente. En el caso de Israel, esta masa se extendía desde su cerebro hasta su nariz y necesita ser eliminada mediante cirugía.
Desde que nació, Israel tuvo problemas respiratorios. Tenía congestión frecuente, ronquidos y parecía tener resfriados todo el tiempo, que otros médicos atribuían a alergias, hipertrofia de adenoides o asma. Ahora, gracias a los doctores de Nemours sabemos que él no tuvo nada de eso, sino que todo este tiempo fue el encephalocele.
Resolver el problema no sería una tarea fácil y requería una cirugía larga que duraría varias horas y también involucraba a un neurocirujano, un otorrinolaringólogo y un cirujano plástico.
La cirugía de Israel se llevó a cabo el 28 de abril, y fue un momento de ansiedad y miedo para mí como madre ya que nunca imaginamos que nuestro hijo pasaría por algo así: una cirugía cerebral que requería tres especialistas. Los médicos se tomaron el tiempo para asegurarme que era la mejor opción, y tenían razón. La encefalocele necesitaba ser operada porque había crecido mucho y estaba cerca de la abertura de la nariz, representando un riesgo constante de contraer otros virus o bacterias que podrían afectar su cerebro nuevamente. El médico explicó que tenían que abrir su cuero cabelludo, llegar al hueso, levantar el hueso del cráneo fuera del cerebro y ver dónde estaba el problema. Encontraron un agujero en el hueso entre el cráneo y la nariz y vieron dónde el tejido podía caer hacia la nariz. El neurocirujano, el Dr. Chris Gegg, pudo levantar el cerebro del hueso del cráneo, mientras que el cirujano craneofacial y plástico, el Dr. Leto Barone, levantó un colgajo de tejido del cráneo y lo colocó en su lugar para tapar el agujero. El otorrinolaringólogo, el Dr. Santino Cervantes, trabajó desde el interior de la nariz para eliminar la parte de la masa en la nariz. La cirugía duró 7 horas pero salió muy bien.
Israel tuvo que usar un casco grande en la cabeza para protegerse y evitar sangrado. Le colocaron dos tubos de drenaje detrás de sus oídos para evitar coágulos o qué se hinchará excesivamente. La cirugía fue exitosa, y la recuperación de Israel fue notable. En cuestión de semanas, volvía a respirar normalmente y llevaba una vida mejor.
Durante toda nuestra estadía en Nemours, el personal médico mostró un cuidado y apoyo excepcionales. Israel fue tratado por intensos dolores de cabeza, dolor de espalda y rigidez en el cuello, y lo ayudaron a sobrellevar la ansiedad causada por toda la experiencia. No puedo expresar suficiente gratitud por su dedicación y profesionalismo.
Fue un momento difícil para nuestra familia, especialmente con la separación de mis otros hijos más pequeños, quienes tuvieron que regresar a Miami con su padre y mi hermana, que nos visitaba de Perú. Sin embargo, la Casa Ronald McDonald nos brindó una maravillosa solución, permitiéndonos estar juntos nuevamente durante este difícil período.
Israel continúa teniendo citas en Nemours para asegurarse de que todo vaya bien. Sigue viendo a sus cirujanos para asegurarse de que todo salga según lo esperado.
Desde el momento en que mi hijo entró al hospital nos sentimos superbién atendidos! De hecho, cuando él llegó, llegaron muchos doctores y enfermeras, y lo atendieron de inmediato. Tenía 1000 preocupaciones encima, las enfermeras fueron mucho más allá de atentas y amables, tanto con mi hijo como conmigo. Siempre pendientes. Los doctores también muy pendientes del caso de Israel. El doctor Liam, es un doctor en el que me siento muy agradecida porque trato de ayudarnos al máximo, con todo de acelerar los procesos que necesitaba Israel. Realmente no tengo palabras para expresar el agradecimiento que tengo hacia todas las personas que atendieron a mi hijo y a nuestra familia en Nemours.
La determinación y valentía de Israel durante toda esta odisea han sido impresionante. Quiere que otros niños que enfrenten desafíos similares no tengan miedo y confíen en sus médicos. Incluso quería que su rostro y nombre se mostraran para que su historia pudiera inspirar esperanza en otros.
Como padres, nuestra fe nunca nos faltó, y ahora estamos felices de ver a nuestro hijo sano y en camino hacia la recuperación. Le debemos una gran deuda de gratitud al atento personal de Nemours, que hizo que este difícil viaje fuera un poco más fácil para nosotros.
Nuestros planes para el futuro son simples: centrarnos en el bienestar de Israel y su recuperación. Esperamos ansiosos el alta definitiva en agosto y esperamos verlo de regreso en el campo de fútbol pronto. Y sí, planeamos celebrar su triunfo sobre la adversidad con un viaje a Disney. ¡Tal como él deseaba!
Israel quiere decirle a los otros niños que no tengan miedo. Que ellos van a estar bien, y que tienen que confiar en los doctores. También recomienda que “tienen que ir a Nemours para que los doctores ahí te atiendan y te cures rápido!” Israel me pidió que llamara al doctor porque quería decirle que, “yo quiero que salga mi nombre y mi cara,” y yo le pregunté por qué a mi hijo? Y me dijo, “porque yo quiero que los otros niños que me vean, que no tengan miedo, que vean que van a estar bien y que se van a curar, y que van a poder hacer su vida normal después.”
Por otro lado, yo como mamá, mi consejo para los papás sería de que por peor que sea la situación, qué no pierdan la fe. Yo nunca en mi vida pensé que mi hijo iba a pasar esto. Israel ahora está bien, puede leer, puede respirar, y realmente los doctores hicieron el mejor trabajo posible. Confía en la experiencia de los profesionales médicos a tu alrededor y no dudes en buscar ayuda de organizaciones como Nemours. Tu camino puede ser difícil, pero con valentía y apoyo, puedes superarlo.